Todo lo que debes saber sobre la dispareunia

Todo lo relacionado con las relaciones sexuales debería ser placentero, agradable y divertido. Y es que cuando hay dolor en la práctica sexual, significa que algo no va bien. Y esto, es más común de lo que imaginamos. Sin embargo, se suele vivir en silencio por lo que no se soluciona y acaba provocando un impacto directo en la calidad de vida y el bienestar de la mujer.

Déjanos contarte, en caso de que todavía no hayas escuchado el podcast de Planeta V, que la dispareunia es justamente esto: sentir dolor durante la penetración vaginal o el intento de penetración.  

Causas de la dispareunia

Las causas de la dispareunia pueden ser muy variadas ya que hay causas físicas, pero también emocionales o psicológicas.

Con relación a lo físico, encontramos causas como:

  • Falta de lubricación: si no hay una estimulación previa a la penetración, las relaciones sexuales pueden ser dolorosas. Te recomendamos el uso de un lubricante como Mucus, de base acuosa con ácido hialurónico y ácido láctico para mantener la zona íntima suave e hidratada.
  • Sequedad vaginal: en ciertas etapas de la vida podemos tener sequedad vaginal, por ejemplo, en la menopausia, tras un parto, durante la lactancia, tras la menstruación, al tomar ciertos medicamentos… En estas ocasiones es importante utilizar un hidratante interno para hidratar la zona íntima y evitar que el coito sea doloroso. Nuestra recomendación es nuestro Hidratante Interno en formato gel-crema.
  • Infecciones en la vulva o la vagina: una infección puntual en la zona vulvovaginal puede provocar molestias durante la penetración.
  • Vaginismo: la contracción de los músculos de la pared vaginal puede llegar a impedir la penetración por dolor.
  • Otras causas como enfermedades del útero, del ovario, endometriosis, dolor pélvico crónico, atrofia genitourinaria, enfermedades autoinmunes…

Sin embargo, también puede haber causas psicológicas como:

  • Estrés o ansiedad: cómo nos sentimos psicológicamente repercute de manera directa en nuestro cuerpo. Si sentimos estrés o ansiedad, los músculos del suelo pélvico se contraerán y esto puede provocar dolor en las relaciones sexuales.
  • Experiencias previas traumáticas, como podría ser un abuso sexual, puede provocar un sentimiento de miedo o temor a la relación sexual que provoque dolor directamente.

En cualquier caso, como comenta la ginecóloga Miriam Al Adib en el podcast, lo realmente importante es averiguar cuál es la causa y tratarla. ¡No tenemos que conformarnos!

Síntomas de la dispareunia

Los síntomas más comunes de la dispareunia, a los que tenemos que prestar atención para poder consultar a un especialista en caso de tenerlos, son:

  • Dolor durante la penetración vaginal.
  • Dolor en la penetración en general, es decir, al introducir un tampón, por ejemplo.
  • Dolor abdominopélvico.
  • Picor, molestia o ardor vaginal.
  • Sangrado vulvar o sangrado vaginal.

Consejos para minimizar el dolor en las relaciones sexuales

Tal y como comenta Laura Cámara, sexóloga y terapeuta sexual, lo esencial es tratar la causa orgánica del dolor con un profesional médico o con un psicólogo o un sexólogo si se trata de causas emocionales.

Sin embargo, no siempre hay una causa orgánica por lo que estos consejos pueden ser útiles para ayudar a minimizar el dolor:

  • La comunicación con la pareja es esencial. En caso de detectar dolor en la penetración es importantísimo hablar con la pareja para realizar cambios en la práctica sexual que ayuden a evitar este dolor.
  • Dedicar tiempo a la estimulación. La penetración no tiene por qué ser el objetivo de un encuentro sexual. De hecho, Marta Torrón lo dejó clarísimo en nuestro anterior podcast. Sin embargo, si se llega al coito, es importante hacer en un estado de excitación adecuado, es decir, con la zona vaginal bien lubricada para facilitar la penetración.
  • Cambiar las posiciones sexuales es una buena manera de evitar aquellas que pueden generar mayor dolor con la penetración.
  • Utilizar un lubricante que imite el moco cervical ayudará a hidratar y suavizar la zona vaginal, especialmente en casos de sequedad, favoreciendo así las relaciones sexuales.