Cistitis: qué es y cómo prevenirla

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Las mujeres somos especialmente vulnerables a sufrir cistitis. De hecho, se estima que más de la mitad sufriremos cistitis al menos una vez en la vida. Esto se debe a las particularidades anatómicas y fisiológicas de nuestra zona íntima. Especialmente, al hecho de que tenemos una uretra más corta que los hombres.

Pero ¿qué es la cistitis exactamente? Pues se trata del término médico para referirse a una infección urinaria que afecta a la vejiga, una alteración que puede aparecer por distintos motivos.

La infección urinaria es la enfermedad más frecuente del aparato urinario y de todo el organismo después de las respiratorias. Se define como la presencia de gérmenes en la orina. No obstante, lo cierto es que la principal causa de cistitis es una infección bacteriana por parte de bacterias que se encuentran en la zona íntima y que ingresan en las vías urinarias a través de la uretra. El protagonista absoluto es el Escherichia Coli.

Síntomas de la cistitis

Entre las señales que deberían ponernos en alerta destacan el dolor o ardor al orinar, la necesidad urgente y constante de vaciar la vejiga, orinar frecuentemente y en pequeñas cantidades, la sensación de presión en la parte inferior del abdomen y tener molestias a nivel pélvico. Asimismo, también podemos observar sangre en la orina, un color turbio o notar un olor fuerte.

Normalmente no cursa con fiebre, pero si un órgano está afectado puede ir acompañado de una subida de la temperatura corporal.

Aunque la mayoría de las infecciones de orina suelen resolverse a los pocos días con un tratamiento antibiótico, hay que buscar siempre atención médica ante la primera sospecha. Si no, la cistitis podría complicarse.

Cómo prevenir las infecciones urinarias

Hay algunas medidas que pueden ayudarnos a prevenir las cistitis. Sobre todo, en aquellas mujeres con infecciones de orina frecuentes.

  • Mantenerse hidratada y beber mucho líquido, especialmente agua. De este modo, ayudaremos a nuestro organismo a expulsar las bacterias.
  • Orinar con frecuencia y apenas se tengan ganas. Esto es importante, porque las bacterias pueden crecer cuando la orina permanece en la vejiga por demasiado tiempo.
  • Vaciar la vejiga lo antes posible después de tener relaciones íntimas para expulsar las bacterias que puedan haber entrado por la uretra durante el acto sexual. 
  • Después de ir al baño, hay que limpiarse siempre de adelante hacia atrás. Esto es fundamental para evitar que las bacterias de la región anal se extiendan a la vagina y la uretra.
  • Mantener unos hábitos de cuidado e higiene íntima adecuados, evitando productos agresivos que puedan irritar los genitales y alterar su protección natural.   
  • Usar ropa interior de algodón y transpirable para evitar la humedad en la zona íntima, pues esta favorece el crecimiento de las bacterias.
  • Extremar las precauciones en caso de ser una mujer sexualmente activa, estar embarazada o haber experimentado la menopausia, ya que existe un mayor riesgo de sufrir cistitis. También, en caso de utilizar diafragmas como método anticonceptivo.

Así pues, no olvides prestar atención al cuidado diario de tu zona íntima, pues te ayudará a mantener alejadas las cistitis y otras infecciones íntimas.