Que las mujeres empiecen a solicitar este tipo de procedimientos es una señal de que nosotras estamos cambiando en muchos aspectos y uno de ellos es en la percepción de nuestro bienestar íntimo y el derecho y deseo de mejorarlo cuando sentimos que se pierde.
En el pasado lejano y reciente, las mujeres han aceptado con resignación que la vagina se deteriora por diversos factores, especialmente por los partos y que esto era así, sin solución.
Los médicos, especialmente los ginecólogos, comienzan a preguntar acerca de la percepción propia de los genitales, por la incomodidad que deriven de sus alteraciones, por la satisfacción personal y en pareja de su vida sexual. No solo buscar y prevenir “enfermedades”.
Afortunadamente, las cosas están cambiando y poco a poco las mujeres suman a sus requerimientos el de sentirse cómodas tanto estética como funcionalmente con sus genitales. Y los ginecólogos que consideran tal deseo como algo importante y como un derecho femenino más, suman a su práctica diaria diversas opciones de tratamiento y la aplicación de unas y otras se individualizará; en algunas serán procedimientos o tratamientos médicos únicos y en otras será aplicable una combinación de los mismos.
Las necesidades de confort vaginal van cambiando a través de nuestros ciclos vitales y la práctica correcta de la Ginecología debe aportar soluciones: así, entre las más jóvenes, la Labioplastia es un procedimiento muy solicitado porque ninguna quiere verse limitada en la práctica de ciertos deportes, en el uso de ciertas prendas o rehuir del sexo por evitar la mirada de su pareja. Las adolescentes son un grupo que cada vez solicita más esta cirugía por todo lo anterior y también porque, como siempre ha sido, se comparan con sus amigas y no quieren alejarse de los patrones de normalidad y estética genitales predominantes.
Tras los partos surge, para muchas, la sensación de una vagina muy dilatada que acarrea pérdidas de orina o dificultad para defecar y mantener relaciones sexuales menos placenteras para ella y su pareja; aquí cobran importancia procedimientos quirúrgicos como la Vaginoplastia (mejoría del periné y del introito) y las Plastias Vaginales.
En caso leves y moderados de laxitud, el Láser de CO2 es una herramienta de alto rendimiento. Y ya en la menopausia las quejas son provocadas por la sequedad genital; allí, si no hay prolapsos, solemos recurrir a tratamientos con cremas y geles hidratantes, con o sin estrógenos, inyecciones de ácido hialurónico y también al Láser de CO2 como una opción ideal para paliar la atrofia vaginal.
En la línea de ofrecer una atención integral en el área ginecológica, muchas pacientes buscan soluciones quirúrgicas y de otro tipo para esas quejas que antes ni se mencionaban.
En conclusión, las mujeres evolucionamos y los médicos que cuidan de la intimidad de las mujeres ayudan a contribuir al bienestar físico y emocional que, aunque parezca una exageración, también se refleja en la mejoría global de la sociedad.
Termino recordándoles: ¡siempre hay que buscar manos expertas!